Algunos pueden entender que cuando decimos sobaos lo hacemos por esa costumbre tan arraigada entre muchos de sincopar los participios, en este caso del verbo sobar.
Que cada uno obre con total libertad en la elección de la definición del título de este Blog.
Informa Don José Ruesga Montiel que ‘en una visita que hicimos la familia a Santander, recalamos en un colegio Escolapio en el que están enterrados varios de nuestros antiguos profesores, entre ellos el Belloto. Era un pueblecito de la comarca del Valle de Pas del que no me acuerdo del nombre (posiblemente Selaya), pero que sirvió como casa de retiro durante varios años.
Siendo el Valle del Pas el origen de los sobaos pasiegos y conociendo el gusto por el buen yantar del Padre Blas, pues el título viene a huevo.
Por cierto, su receta consta de un kilo de azúcar, otro de mantequilla, 900 gramos de harina, 12 huevos, una pizca de sal, limón rallado, una cucharada de ron o anís y un poco de levadura en polvo. Se mezclan el azúcar y la mantequilla, se añade la sal y el limón, y se continúa amasando. Seguidamente se incorporan los huevos poco a poco, junto con una cucharada de licor. A continuación se añaden la harina y la levadura. Una vez esté lista la masa, se deposita en moldes de papel y se introduce en el horno, procurando una cocción equilibrada en toda la superficie. (Wikipedia)